En 1565 una gran flota enviada por el Imperio Otomano llegó al pequeño archipiélago de Malta con el objetivo de expulsar a los Caballeros de la Orden de Malta (anteriormente Orden de San Juan y Orden de Rodas) y conquistar la isla de Malta
La invasión de la isla de Malta fue el resultado de una escalada de hostilidades entre católicos y musulmanes por la supremacía en el Mar Mediterráneo. La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan había recibido el archipiélago de Malta y Trípoli (en el norte de Africa) en 1530 del Emperador Carlos V a cambio de un pago simbólico anual, consistente en un halcón, que se enviaría al Virrey de Sicilia y una misa a celebrar el Día de Todos Los Santos, esta estratégica posición fue utilizada como base de operaciones para continuar atacando a las naves turcas (en aquel tiempo el término “turco” se aplicaba no solo a los otomanos sino además a pueblos bereberes que eran vasallos del Imperio Otomano).
El archipiélago de Malta y las acciones del Asedio de 1565
En 1551 el corsario otomano Turgut Reis (llamado también Dragut o Darghouth) y el almirante Sinan invadieron la isla de Malta con unos 10.000 hombres, pero a los pocos días Turgut Reis ordenó embarcar las tropas y atacar a la cercana isla de Gozo (perteneciente al archipiélago de Malta) bombardeándola hasta que el Gobernador Galatian de Sesse capituló, casi toda la población fue llevada como rehenes, y luego atacó Trípoli de donde expulsó la guarnición de los Caballeros de Malta, proclamándose poco después Bey (titulo de origen turco que significa Jefe, Soberano o Gobernador) de la ciudad. Estos ataques convencieron al Gran Maestre de la Orden, Juan de Homedes (gobernó de 1536 – 1553) de que habría una nueva invasión ordenó reforzar el fuerte de San Angel y la construcción del fuerte de San Miguel y del fuerte de San Elmo (conocido también con fuerte de San Telmo) estos dos fuertes fueron construidos en apenas 6 meses, el Papa envió a su arquitecto Francesco Laparelli, quien realizó el diseño del fuerte de San Elmo, utilizando la forma hoy conocida como traza italiana (denominada entonces “alla moderna”) que era una adaptación a la artillería.
El Fuerte de San Elmo justo delante de la Ciudad de La Valeta
En 1557 Jean Parisot de la Valette fue elegido Gran Maestre de la Orden, alentando los ataques a las embarcaciones no cristianas. La derrota naval sufrida por una coalición católica en la batalla de Djerba (en mayo de 1560) y los éxitos de Mathurin d’Aux de Lescout, (llamado también Romegas o Mathurin Romegas) que a mediados de 1564 capturó importantes personajes (al menos 2 gobernadores, la ex tutora de la hermana del Emperador Soliman,) a su vez dieron razones para enviar un ataque más decidido con el objetivo de invadir el archipiélago de Malta. El 19 de enero de 1565, el Gran Maestre recibe el anuncio de sus espías en Constantinopla de que la expedición contra la isla está ya decidida.
La Cruz de Malta y el Gran Maestre Jean Parisot de la Valette
El Imperio Otomano logró reunir una de las mayores armadas que se había reunido desde la antigüedad, según el registro del historiador Giacomo Bosio la flota estaba formada por 193 naves, entre ellas habían:
131 galeras (barco impulsado por la fuerza de los remos, y en ocasiones por el viento, por lo que poseía una o más velas grandes)
7 galeotas (galeras pequeñas)
6 galeazas (grandes galeras, menos ágiles pero con más potencia de fuego),
8 mahonas (grandes galeras de transporte)
11 veleros con provisiones y 3 más para los caballos.
También eran transportados: Un gran tren de asedio de 64 piezas, con 4 cañones que disparaban balas de 130 libras y un pedrero que arrojaba proyectiles de 7 pies de circunferencia.
Según el diario de Francisco Balbi di Correggio las fuerzas enfrentadas fueron:
Fuerzas Cristianas:
3.000 soldados reclutados de la población maltesa
800 soldados italianos
500 caballeros hospitalarios
500 soldados de las galeras
500 esclavos de las galeras
400 soldados españoles
200 soldados griegos y sicilianos
100 soldados de la comandancia de San Elmo
100 sirvientes de los caballeros hospitalarios
En total 6.100 soldados
Fuerzas Otomanas
6.000 cipayos (conocidos como Spahi, eran tropas de Caballería de elite)
500 cipayos de Karamania
6.000 jenízaros (infantería de elite del Imperio Otomano)
400 aventureros de Mitilene
2.500 cipayos de Rouania
3.500 aventureros de Rouania
4.000 fanáticos religiosos
6.000 voluntarios varios
Además varios corsarios de Trípoli y Argel
En total unos 48.000 soldados
Sin embargo se cree que el número de atacantes pudo ser menor, el Capitán Vicenzo Anastagi que era enlace con Sicilia informó de unos 22.000 atacantes, según Bosio eran unos 30.000, a los que se sumarían unos 6.000 corsarios
La flota otomana viajó desde Constantinopla divisó la isla de Malta el 18 de Mayo de 1565 pero no desembarcaron enseguida sino que navego al sur, y luego rodeó la isla para finalmente anclar en el puerto de Marsaxlokk, a unos 10 kilómetros del gran puerto. En este punto se presenta el primer gran error de los otomanos, ya que el Emperador Soliman “El Magnifico” había dividido el mando entre el visir Lala Mustafá Pasha, y el almirante, Pialí Bajá (hasta que llegara Turgus Reis desde Trípoli), el primero quería atacar primero la desprotegida antigua capital de Mdina para luego atacar por tierra los fuertes de San Angel y San Miguel, mientras que el segundo quería en primer lugar tomar el fuerte de San Elmo con el fin de dominar el gran puerto y resguardar a las naves del siroco (es un viento que viene desde el Sahara llega a alcanzar los 100 kilómetros por hora causando daños, incluso se le atribuye que puede provocar dolencias y cambios de humor en las personas), este fue el plan que se ejecutó ya que los turcos se convencieron de que el fuerte de San Elmo apenas resistiría 3 o 4 días.
Pintura de Mateo Perez d’Aleccio representando el desembarco turco
El Fuerte de San Elmo estaba defendido por unos 600 hombres entre ellos unos 100 caballeros que tenían la orden de resistir los ataques hasta la llegada de los refuerzos prometidos por el Marqués de Villafranca, Virrey de Sicilia. El 24 de Mayo empieza el asedio, parece claro que los musulmanes confían en su devastadora artillería, durante veintiséis días bombardean el fuerte San Elmo, la aplastante lluvia de proyectiles es interrumpida, para realizar inútiles y sangrientas tentativas de escalada. El asalto general fijado para la mañana del 16 de junio, se pospone por siete horas. Miles de jenízaros intentan arrollar a un puñado de hombres, pero son rechazados. Al día siguiente el propio Turgut Reis (ya a cargo del mando), fue mortalmente herido según Bosio por un disparo afortunado desde el fuerte de San Angel al otro lado del Gran Puerto, aunque según Balbi fue debido a “fuego amigo” (es decir por disparos realizados por cañones turcos). Los heridos que no pueden combatir son trasladados en botes a través del puerto, y por el mismo medio se envían refuerzos, Caballeros quienes sabían que el viaje era solo de ida. El 23 de junio, vigilia de San Juan, Patrono de la Orden, empieza una nueva ofensiva. Los pocos Hospitalarios supervivientes se confiesan unos con otros y se dan la comunión. El último duelo tiene lugar en el umbral de la capilla, los defensores lucharon hasta la muerte. No se trata solo de una frase: ninguna de las armaduras que conserva la Real Armería de Malta presenta golpes en la espalda y casi todas muestran impactos de arcabuz o abolladuras producidas por tajos de alfanje en el peto, ya masacrados los últimos adversarios, los otomanos plantan sobre las ruinas, sus estandartes, pero solo después de casi un mes de combate, unos 18 mil disparos de cañón y la vida de 6000 mil de sus hombres incluyendo más de la mitad de sus jenízaros. Por su parte 107 Caballeros y 1500 soldados malteses han caído, tan solo 9 soldados lograron salvarse cruzando a nado el gran puerto
Pintura de Mateo Perez d’Aleccio representando la captura del fuerte de San Elmo
Ya que Piali estaba herido, el mando recayó en Lala Mustafá Pasha quien encolerizado por las perdidas sufridas, mando a decapitar a todos los caballeros de la Orden, cuyos cuerpos fueron crucificados y luego empujados con barcas ha¬cia el otro lado del gran puerto, para desmoralizar a los defensores. La res¬puesta del viejo gran maestro La Valletta fue igualmente cruel y elocuente, pues les envió por vía aérea (a cañonazos) las cabezas de los doscientos presos turcos que hasta el momento habla capturado
La perdida del fuerte de San Elmo hacía más difícil la situación de los asediados, y la ayuda prometida por el Virrey de Sicilia aún no estaba preparada, pero habían quienes se arriesgaban para unirse a las fuerzas de los Caballeros a pesar de la presencia de la enorme flota turca por ejemplo un grupo que llegó en un bote de remos el cual fue destruido de un cañonazo, sin embargo 3 sobrevivientes lograron llegar nadando a la costa, también una galera siciliana en la que iban 600 hombres comandados por Enrique de la Valette (sobrino del Gran Maestre) no pudo desembarcar, pero logró escapar de 7 galeras enemigas, recién el 28 de Junio pudieron desembarcar una buena cantidad de refuerzos, unos 600 hombres entre ellos 150 Caballeros y una compañía de elite española, el desembarco se logró gracias al soldado Juan Martínez de Luvenia que llegó primero a la costa y avisó por medio de fogatas la presencia o ausencia de las naves turcas, este “piccolo socorro” eleva la moral de los defensores
El siguiente paso de los atacantes fue contra el fuerte de San Miguel en la península de Senglea, el 15 de Julio realizaron un ataque, el cual consistió de 2 partes por un lado un ataque anfibio realizado por uas 100 barcas que habías sido remolcadas por tierra, mientras que al otro extremo se realizaba un ataque terrestre, sin embargo un desertor alertó al Gran Maestre quien ordenó construir una empalizada en el promontorio al final de la pequeña península que sirvió de mucho para detener el ataque anfibio, además una pieza de artillería emplazada en la playa por el comandante de Guiral logró hundir varias embarcaciones causando muchas bajas entre los turcos, al mismo tiempo llegaban refuerzos desde el fuerte de San Angel a través de un puente flotante los cuales lograron controlar el avance terrestre.
Pintura de Mateo Perez d’Aleccio representando el asedio de Sanglea
Este nuevo fracaso llevó a los turcos a emplear su tren de asedio sobre Birgu y Senglea produciéndose el bombardeo continúo más fuerte realizado hasta la fecha, según Balbi se dispararon unas 130.000 balas de cañón durante el asedio, para el 7 de Agosto y con uno de los baluartes reducido a escombros, se realizaron dos asaltos masivos uno contra Birgu y el otro contra el fuerte de San Miguel, dividir las fuerzas fue un grave error, sin embargo los turcos lograron entrar a la ciudad, con el Gran Maestre peleando en la primera línea, y la victoria al alcance de la mano, de pronto los invasores retrocedieron inesperadamente, esta retirada se debió que el Capitán de Caballería Vincenzo Anastagi quien estaba en la ciudad de Mdina (en el centro de la isla) y que diariamente salía con sus tropas, atacó los hospitales de campaña y la retaguardia turca que estaban indefensos, lo cual a su vez precipito el retorno de las tropas, creyendo erróneamente que este ataque lo realizaban refuerzos cristianos recién llegados a la isla. Fue un error grave del mando turco no encargarse de las demás fuerzas cristianas que se encontraban repartidas por el resto de la isla
Nuevamente los turcos continuaron con el bombardeo sobre Birgu y el fuerte de San Miguel, entre el 19 y 21 de Agosto se realizó otro asalto masivo esta vez contra la ciudad de Birgu, concentrándose en el Bastión de Castilla que estaba muy dañado, lo que sucedió en este asalto no es muy claro debido a las diversas fuentes, según Bradford los turcos utilizaron una mina para destruir las paredes y el Gran Maestre resueltamente corrió hacia ese lugar, según Balbi el Gran Maestre corrió hacia las paredes espada en mano cuando supo de la llegada de los turcos, sorprendiendo a los trabajadores que intentaban reparar las brechas, según Bosio, cundió el pánico al ver los estandartes otomanos tras las paredes pero que al llegar el Gran Maestre no encontró enemigos allí. Además el Consejo de Ancianos llegó a decidir el abandono de la ciudad y refugiarse en el fuerte de San Angel, pero el Gran Maestre lo impidió intuyendo que los turcos perdían el ímpetu en sus ataques como de hecho sucedió
Pintura de Mateo Perez d’Aleccio representando el asalto al bastión de Castilla
Bombardeos y asaltos menores continuaron, el 28 de Agosto la ayuda prometida desde Sicilia fue desviada en alta mar y debieron retornar a puerto para hacer reparaciones, el 30 de Agosto se realizó un nuevo ataque después de que las defensas cristianas quedaron disminuidas debido a las lluvias, los turcos utilizaron una pequeña maquina de asedio cubierta por escudos, y luego una torre de asedio, sin embargo defensores se las arreglaron para destruirlas los ingenieros malteses cavaron túneles bajo los escombros y dispararon salvas de balas encadenadas mientras los asaltantes eran repelidos. El cambio de estación también obliga a los turcos decidir donde pasar el invierno, se proyecta una marcha sobre la ciudad de Mdina, pero la ciudad esta llena de malteses, y las tropas no tienen la moral para realizar un nuevo ataque.
El 7 de Septiembre finalmente llega “El Grande Socorro” eran unos 9.600 hombres entre ellos los temidos tercios, bajo el mando del marqués de Villafranca Don García de Toledo, que desembarcaron en la Bahía de San Pablo en el Norte de la Isla. Al día siguiente los turcos ya habían embarcado su artillería y se preparaban para dejar la isla, habiendo perdido un tercio de sus fuerzas “El Grande Socorro” se posicionó en el borde de la bahía, esperando la retirada de los turcos. Tal parece que en algún momento los Caballeros que estaban más adelantados vieron a las tropas turcas en retirada y algunos pueblos quemados al amanecer ellos atacaron sin recibir órdenes de Asciano del Corna, quien no tuvo otra opción que ordenar un ataque general, el cual resultó en la masacre de las tropas turcas, hasta el día 11 de Septiembre en que se embarcaron teniendo tiempo de rodear la isla y recoger sobrevivientes. El asedio de Malta fue la derrota más importante que sufrió el imperio Otomano en un siglo y elevó la moral de los reinos e imperios cristianos en toda Europa
Pintura de Mateo Perez d’Aleccio representando la retirada turca
Pintura de Mateo Perez d’Aleccio resumiendo todo el asedio
Según Balbi el asedio de Malta le costo a los turcos unos 35000 muertos, según Bosio fueron unos 30.000 otras fuentes se decantan por cifras menores en torno a los 25.000. Malta perdió alrededor de un tercio de su población y un tercio de los Caballeros, los pueblos de Birgu y Senglea estaban en ruinas, considerando la idea de un nuevo asedio, el Gran Maestre pensó en arrasar la isla y evacuarla. Sin embargo las muestras de apoyo que llegaron de toda Europa, se manifestaron también en la llegada de ingentes recursos que fueron utilizados para reconstruir las ciudades “heroicas” Birgu, Senglea y Kalkara, que fueron llamadas Invicta, Vittoriosa y Cospicua, y la construcción de una ciudad fortificada cuyo bastión principal era el fuerte de San Elmo, para que los turcos no pudieran conquistar la posición nuevamente, la ciudad fue bautizada como “Ciudad de la Vallette”. Al año siguiente el Rey Felipe II de España envió una espada y una daga de acero toledano con fornituras de oro y pedrería grabadas con la leyenda latina “PLVS QVAM VALOR VALETTA VALET” (Más que el mismo Valor vale Vallette) El Gran Maestre La Vallette murió en 1568.
Fuentes
http://es.wikipedia.org
http://clickmagazine.es/es/2007/08/01/malta/
http://www.orderofmalta.org/site/pdf/storia_4.pdf
http://www.amigosdemalta.org/indexarmas.htm
http://cilialacorte.com/grandmasters/greatsiege1565.html
Niña María
Hace 3 días