Además del caso de Minagawa e Ito, la pequeña isla de Guam dio refugio a otros san-ryu-scha, el caso de Soichi Yokoi resulta incluso más sorprendente
Yokoi de 28 años en aquel tiempo, era sargento del ejército imperial, había servido en la 29º división de infantería en Manchuria (actualmente en el norte de China) y en la 38º brigada en las Islas Marianas (actualmente bajo administración de los Estados Unidos), posteriormente enviado a la isla de Guam, después de la invasión estadounidense, Yokoi junto con otros compañeros escaparon a la jungla en lugar de rendirse, manteniendo contactos esporádicos entre ellos, de este grupo solo Yokoi regresó a Japón con vida
Según sus propias palabras lo más difícil era conseguir comida, aunque la selva esta llena de ella, conseguirla no era tan sencillo como había imaginado, su dieta consistía de mangos, semillas, cangrejos, camarones, caracoles, ratas, anguilas, palomas, y jabalíes, siendo hábil para construir trampas con las que capturaba camarones y anguilas y también ratones, sin embargo declaró que en ocasiones pasaban días antes de poder capturar algo y debía comer lo que fuera
Construyo algunas guaridas, destaca una debajo de un campo de bambúes, cuya tierra era más sólida, el lugar era cercano a un río, aprovechando esta ventaja la proveyó de una letrina, cuyo contenido era arrastrado por el agua río abajo
Entrada de una guarida de Soichi Yokoi en 1972
Yokoi trataba de cocinar bien sus alimentos y de hervir el agua que ingería, sin embargo sufría de constantes enfermedades sobre todo del estomago, se cree que varios de sus compañeros murieron por esta causa
Al igual que otros san-ryu-scha leyó los panfletos que avisaban del fin de la guerra, y que conminaban a rendirse, pero no les dio crédito a estas noticias, creyendo que eran propaganda de los estadounidenses.
En su vida civil, Yokoi había sido aprendiz de sastre, este conocimiento le sería de mucha utilidad en su exilio, para su vestimenta consiguió su propia materia prima aplanando cortezas de árboles hasta convertirlas en fibras, cosiendo con agujas que había hecho con pedazos de munición de artillería e hilos que sacaba de fibras de los cocos, sus camisas tenían botones y bolsillos, y sus pantalones tenían trabillas para el cinturón, confeccionados de manera que se asemejaban a un típico uniforme de campaña japonés, sus trajes fueron tan efectivos, que apenas tuvo que confeccionar 3 de ellos
Uniforme confeccionado por Soichi Yokoi actualmente expuesto en un museo
El 24 de enero de 1972 Jesús Dueñas y Manuel de Gracia en medio de una cacería encontraron a Yokoi quien intento huir y defenderse, pero los cazadores lograron someterlo y llevárselo amarrado, al igual que otros rezagados Yokoi pensó que ya siendo prisionero en poco tiempo sería torturado y fusilado, pero fue llevado a un cuartel policial y luego a un hospital, tampoco creyó la noticia de que la guerra hubiese terminado, hasta que se lo comunicó el Cónsul honorario japonés James Shintaku
Soichi Yokoi poco después de haber sido "capturado"
Soichi Yokoi recibió muestras de agradecimiento, imponiéndose el efusivo grito Gokuo Sama “gracias por su servicio” primero de parte de la colonia japonesa residente en Guam y más tarde en Japón donde fue recibido por unas 5000 personas a su regreso el 2 de febrero de 1972
“Lamento no haber servido a su majestad satisfactoriamente” Soicihi Yokoi, 1972
Fuentes:
http://www.wanpela.com/holdouts/profiles/yokoi.html
http://www.clarin.com/diario/1997/09/24/i-03601d.htm
http://elnuevocojo.com/Historia/yokoi.html
http://ns.gov.gu/scrollapplet/sergeant3.html
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